sábado, 30 de agosto de 2014

¿Cómo se consigue alimento y agua en Corea del Norte?

Isaac Villamizar
En un gobierno comunista ideal, los alimentos, al igual que todos los recursos materiales, son propiedad del Estado y se distribuyen a todas las personas por igual. Sin embargo, la realidad no siempre ha reflejado este ideal. Cada gobierno comunista ha implementado diversos sistemas para distribuir los alimentos. Una de las mejores maneras de entender estos sistemas es investigando los diferentes gobiernos comunistas individualmente.

Me di a esa tarea y en mi investigación en Internet comprobé que en sólo dos países del mundo persiste un sistema de racionamiento de alimento para la población: Cuba y Corea del Norte, ambos con gobiernos comunistas. China y la antigua URSS, ante su total fracaso, lo eliminaron. Como tanto se ha hablado de la libreta de racionamiento cubana, preferí dedicarme a buscar la información de Corea del Norte y aquí se las presento:

En Corea del Norte, las raciones de arroz se recortaron por primera vez en 1973. Quien recibía 700 gramos al mes empezó a recibir 607. En 1987, la ración cayó a 547 gramos. El gobierno de Corea del Norte nunca ha llamado a estos recortes por su nombre. Estas disminuciones de las raciones de arroz han sido llamadas “donaciones voluntarias” al gobierno. En tiempos de escasez, el hambre se convierte en la última de las ofrendas de los ciudadanos a un gobierno que no puede garantizar la disponibilidad de alimentos.

El racionamiento también aplica para la soya, los huevos y otros productos básicos. La carne se distribuye unas pocas veces al año. En otoño, ocasionalmente, se distribuyen manzanas y melones. Corea del Norte no se ha recuperado de la hambruna de la década de los noventa cuando, se calcula,  murieron de hambre dos millones de personas, aunque el Estado reconoce sólo la pérdida de ciento cincuenta mil vidas.

El gobierno impuso el racionamiento de alimentos, que estaba destinado a proporcionar comida gratis a toda la población. Sin embargo, debido a la escasez de víveres, en repetidas ocasiones, como se aprecia,  el gobierno redujo la cantidad de estas raciones, hasta que el sistema se derrumbó en 2004.  Aunque algunos alimentos siguen siendo racionados por el gobierno en las grandes ciudades, la mayoría de la gente tiene que conseguir comida pagando por ésta, a pesar de los salarios extremadamente bajos. Corea del Norte ha tenido dificultades para alimentar a su población en reiteradas ocasiones y, a veces, ha dependido de la ayuda extranjera para conseguir alimentos y proyectos de saneamiento de agua.

En la actualidad, un tercio de los niños de Corea del Norte padecen graves problemas de desnutrición debido a que el régimen genocida que lleva las riendas del país ha reducido drásticamente la cantidad de alimentos que proporciona a sus ciudadanos con los cupones de racionamiento, que han pasado de aportar 1.400 calorías diarias a tan sólo 700 (lo recomendable es ingerir entre 2.000 y 2.500 calorías cada jornada).
Corea del Norte es gobernada férreamente por el imberbe Kim Jon Un, quien cree que lanzar ataques nucleares a Occidente es una gracia de videojuego y que lleva en sus genes las barbaridades de su padre dictador. La pregunta es: ¿Será una gran hambruna la que le espera al tercer país del mundo, que ya en manos del comunismo, y con otros loquillos gobernando,  quiere imponer un sistema biométrico de captahuellas para dominarnos con el racionamiento de comida?



HAMBRUNA INFANTIL
EN COREA DEL NORTE

sábado, 23 de agosto de 2014

Desintegrados en la frontera

Isaac Villamizar

Ejemplo envidiable de integración y de libertad de circulación entre fronteras es la Unión Europea, con 28 países miembros actualmente. Es una comunidad política de derecho, que propicia, acoge y practica la integración, la gobernanza, el desplazamiento libre y el respeto común de los derechos humanos. El sistema comunitario jurídico y político europeo es único en el mundo, con una política exterior común y una cooperación judicial, policial y aduanera de primer orden. Otra de sus manifestaciones peculiares es la ciudadanía europea, que implica el derecho de sus ciudadanos a circular y residir libremente  en el territorio de la Unión e, incluso, la concesión de este derecho a los nacionales de terceros países que residan legalmente en el territorio de un país miembro. Este derecho europeo, que tiene su propio estatuto, se basa en el Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, según el cual toda persona tiene derecho a circular libremente y a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a él.

Para que un Estado europeo  se incorpore a la Unión debe cumplir una serie de condiciones económicas y políticas, entre las que destacan: tener instituciones estables que garanticen la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto a las minorías; y la existencia de una economía de mercado viable y la capacidad para hacer frente a la competencia y a las fuerzas del mercado dentro de la Unión. Este conglomerado es, en su conjunto, la primera potencia  económica del mundo, superando a los Estados Unidos. El mercado interior es una combinación de unión aduanera y zona de libre comercio. De esta manera, se definen los mismos aranceles para comerciar hacia afuera, anulando entre ellos  los aranceles en frontera, y permitiendo el libre tránsito de capitales y servicios, como también la libertad de establecimiento de las empresas. La Eurozona permite que 18 Estados miembros, con  una política monetaria seria, utilicen el Euro como moneda única, manteniéndose la estabilidad de precios y preservando el poder adquisitivo.

Yo he tenido la fortuna de circular libremente por muchos países de la Unión Europea. Lo he hecho conduciendo vehículo automotor por autopista o carretera nacional, en tren, en avión, navegando en ríos como el Rhin, el Elba o el Danubio. He pasado de un país a otro sin darme cuenta de ningún control de aduana y no me han pedido pasaporte sino para ingresar y salir de Europa, pero nunca dentro de la Unión. En las carreteras no hay alcabalas, sino  peajes electrónicos en algunas autopistas, sin personal alguno ni guardias. Uno puede comprar el mismo artículo o recibir  similar servicio en cualquier parte de la Unión al mismo costo. Eso es lo que yo llamo la verdadera integración.
En la zona divisoria colombo venezolana, vivimos la frontera más activa del mundo. Sí, es la frontera más activa en desintegración, la más activa en abuso de controles ineficientes, la más activa en corrupción de órganos de seguridad y resguardo fronterizo, la más activa en inseguridad, la más activa en irrespeto de los derechos humanos, incluida la libre circulación, salida y regreso al país. Todos esos organismos multilaterales de Unasur, Mercosur, Can, Alba, Celac y similares no son sino pura demagogia internacional, centro de sometimientos políticos y económicos al mejor postor. Si el absurdo, ilegal y abusivo cierre nocturno de la frontera colombo venezolana fuera efectivo, ello quiere decir que ya las tiendas, abastos, supermercados, mercados populares y establecimientos de artículos de línea blanca estarían abarrotados de los productos venezolanos y ya no hubiera ni un sólo vehículo en cola para surtir combustible. ¿Ello ha ocurrido? Este es un gobierno nacional y regional cuya única integración es la mentira y la corrupción.