jueves, 16 de enero de 2020

Repudio gigante de feria

Isaac Villamizar.
El Táchira ha sido dura y ferozmente castigado por este régimen perverso. No nos perdonan que otrora fuimos rebeldes, guerreros, irreverentes. Es inaceptable para el chavismo que en las cifras electorales nuestra entidad deje evidencia que no comulgamos con un sistema fracasado, corrupto y violador de todas las libertades. Por ello, prácticamente desde que se ordenó el cierre de la frontera y se declaró el permanente Estado de Excepción (aunque lo cierto es que la emergencia aquí ya se ha vuelto ordinaria y común) el gobierno ilegítimo y usurpador enfocó toda su artillería pesada para hacernos sufrir y humillarnos, hasta llevarnos a un estado de total postración. Es innegable que la orden conlleva las acciones de dejar al Táchira en la ruina, en el caos, en las puertas del infierno, en la devastación absoluta. No debe haber gasolina, no debe enviarse gas, no debe haber atención médico asistencial de calidad, no debe haber energía eléctrica por lo menos durante tres cortes largos de luz diarios, no debe haber Abba e Internet, no debe haber conexión telefónica sostenible ni reconexión oportuna, no debe haber agua en verano, no debe haber servicio de aseo doméstico frecuente, no debe haber servicio de transporte suficiente y asequible al bolsillo de los pasajeros. En fin, "vamos a darle por la madre a esos gochos" es la instrucción vengativa.
Pero, en medio de tanta desolación y tragedia, al tachirense aún le queda aliento para manifestar su repudio y rechazo a tanta maldad, a tanto proceder doloso. La mayoría estamos claros que no hay nada que celebrar en feria. Si acaso pedirle a San Sebastián y al Cristo del Limoncito que nos permita seguir aguantando estas atrocidades contra nuestro bienestar. Entonces, al paso de la Vuelta, en plena feria, entre cadenas de bicicletas, lo único que nos queda por hacer en público, sin miedo alguno, es exteriorizar, con desahogo, a quienes quieren llevarse glorias con escapulario ajeno, ese desprecio que muy adentro llevamos hacia quienes nos torturan encadenados a este infinito pandemonium.
Es lo único que han ganado estos demonios. Porque, dejando a salvo a ciertos diputados que entregaron su alma en aquellas pailas, los tachirenses en nuestro fuero interno aún conservamos dignidad y nobleza. Ellas serán, a la final, las que nos rescaten de esta barbarie.
San Cristóbal, 14 de enero de 2020.




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