domingo, 21 de febrero de 2010

SOÑAR NO ES UN DELITO

Isaac Villamizar
Hypnos fue la personificación griega del sueño. Vivía en una cueva oscura, donde el sol nunca brillaba. A su entrada crecían amapolas y otras plantas hipnóticas. Se le representaba dormido en una cama de plumas con cortinas negras a su alrededor. Uno de sus hijos oníricos fue Morfeo, quien se encargaba de inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una forma humana para aparecer en ellos. Morfeo permitía a los mortales huir por un momento de las maquinaciones de los dioses.
Desde la antigüedad se sueña. Nuestro reciente pasado ha sido convulsionado con pesadillas. Venezuela está en trasnocho. Necesitamos reelaborar las informaciones almacenadas en nuestra memoria, para sumergirnos en una realidad virtual, que pudiera ser más real en años venideros. La energía del sueño debe colocarnos en un escenario envidiable. Es el que queremos los venezolanos que añoramos esta patria.
Tenemos derecho a soñar con otra Venezuela, muy distinta a la de hoy. En nuestro sueño vemos que la renta petrolera ha girado 180 grados. Hay una inversión en el sector productivo que aprovechan todas las industrias manufactureras. Hay pleno empleo, con sueldos que, en realidad, son los mayores nominales y reales del continente. En cada zona industrial y residencial hay cadenas de mercados abarrotados de todos los productos, y en cada uno de ellos, no menos de 20 marcas para escoger. Un tercio de estos ingresos petroleros se invierte, por disposición constitucional, en el campo. Los llanos centrales y orientales, en cada hectárea, producen arroz, maíz y sorgo, lo que nos ha convertido en el mayor exportador de estos rubros en Suramérica. Colombia y Argentina importan el ganado vacuno que pasta, con toda la asistencia técnica agropecuaria, en el Sur del Lago. ¡Por fin se ha sembrado el petróleo!
En nuestra visión onírica, otro tercio del oro negro, por Carta Magna, se ha destinado a la educación. Destacados jóvenes científicos egresan de todas las universidades públicas y privadas, donde se concentra lo más granado del conocimiento latinoamericano. Venezuela ingresa a los top ten y poderío de la innovación digital e informática del mundo. Hay diversos centros de investigaciones científicas y médicas, en donde se encuentra la cura definitiva del cáncer y del sida. Todos los años hay un venezolano nominado al Premio Nobel, por tan calificados adelantos. En nuestro sueño aparece que el país se metió de lleno en la producción de energías alternativas, eólica, hidráulica, solar y termoeléctrica. La demanda interna está totalmente cubierta y los países del Alba y del Caribe nos la compran, generándose importantes ingresos a las arcas nacionales. Los principales centros urbanos son ecociudades; son verdes, en armonía total con el ambiente. Canaima se ha convertido en la principal ecociudad de Suramérica, con todas las comodidades, a donde llegan turistas de los cinco continentes. Todas las costas venezolanas cuentan con los más modernos complejos turísticos y hoteleros del mundo, con excelentes vías de comunicación, infraestructura y servicios, siendo escuela obligada de españoles y caribeños.
Se nos aparece Venezuela entre los primeros cinco países del mundo con los mayores índices de PIB, de desarrollo humano y de calidad de vida. El trípode indisoluble Estado-Empresa-Sociedad es la mayor fortaleza que tenemos.Soñar no es un delito. Si todos nos conectamos en este sueño, algún día lo estaremos contando.



UN NUEVO VENEZOLANO

Isaac Villamizar
Los recientes estudios de opinión de las encuestadoras más serias del país revelan algo maravilloso. Podríamos decir que sería el milagro por todos esperado. En los venezolanos hay todavía una suficiente reserva de principios, como a la vez un llamado urgente a un viraje. El venezolano, en este momento, está más interesado en el concepto de un nuevo país que en los liderazgos. Para el venezolano sus valores y sus necesidades están en un plano que debe ser acertadamente caracterizado e interpretado por sus dirigentes. Este reclamo debe ser atendido con prioridad.
Los estudios indican que la influencia del liderazgo presidencial se ha debilitado significativamente. Ello se debe a que el discurso del Presidente no sintoniza con el marco de valores y demandas de la mayoría del país. El primer mandatario – según los análisis – se ha debilitado en su capacidad de renovar esperanza. ¿Por qué? Porque el Presidente no convence con su propuesta ideológica y su pensamiento revolucionario. Su visión de la sociedad no es popular y está agotada. Lo popular - que aún mantiene - es su discurso humano y de objetivo social.
Señalan los expertos que el malestar social crece. El colectivo se haya con un gran desencanto y frustración, debido al agravamiento de los problemas sustanciales y a la falta de soluciones concretas e inmediatas.
Por otra parte, el país está atomizado, desarticulado, sin un horizonte, sin una visión conjunta, sin prospectiva. Pero lo más inquietante es que, alternativamente, el país se haya sin propuestas que surjan de liderazgos confiables e inspiradores.
Los sondeos ratifican que la oposición debe renovarse y reaprender. Pero este trabajo no debe aplazarse, porque la sociedad tiene hambre de una oferta que le encamine al reencuentro con la esperanza. El país reclama no un líder, sino un mensaje. Parece que en el fondo estamos conscientes que hay demasiados líderes. Algunos, incluso, estarían en la escuela de su formación, como el caso de las nuevas generaciones, del movimiento estudiantil. Los jóvenes son diamante en bruto, con ideas modernas y esperanzadoras. Pero lo que clama a gritos Venezuela es un nuevo concepto de sí. Estamos urgidos de una promesa renovadora, no partidista, ni oficialista ni oposicionista, con sabor venezolano, de lo nuestro, de lo que se siente el venezolano en estos tiempos. Esa fresca y acabada razón de ser debe ser inclusiva, con todos los pareceres, de carácter superior.
Todo lo anterior muestra que necesitamos construir una nueva identidad nacional, donde todos nos sintamos representados. Este naciente sentimiento debe estar adaptado al mundo de hoy, dinámico, progresista, ecológico, globalizado. Yo no entendía el por qué los venezolanos hemos estado en una catalepsia, en una hipnosis colectiva, en un letargo, en el laissez faire. Tampoco comprendía - en todas sus dimensiones - la terrible mordaza del miedo colectivo. Pero cuando reflexiono sobre este grito que nos estamos haciendo, advierto que estos fenómenos son reactivos, y que en el inconsciente colectivo vibra un reencuentro con nosotros mismos. No estamos conformes con la forma como nos manifestamos o con aquella que quieren hacernos ver y sentir, deformante y envilecedora. No. Estamos clamando por un despertar ontológico y ontogénico, en donde desaparezca cualquier sentimiento de odio y confrontación improductiva, de angustia colectiva permanente. En el fondo, esta catalepsia y temor nos han obnubilado y no dejan vernos en el espejo, para enfrentar nuestra cruda realidad y para asumir, decididamente, esta cirugía reconstructiva.El venezolano está en búsqueda de un rostro inédito, de un nuevo sentimiento, de un nuevo corazón, de un nuevo pensar. Es otro retrato que quiere diseñar. Es una noción originaria de genotipo y fenotipo criollo. Ya sabemos, por los datos, que estamos en etapa fecundable, tal vez embrionaria. Pero allí, definitivamente, estaría el milagro y la esperanza.

EXPROPIACION DEL ALMA

Isaac Villamizar
La Asamblea Nacional acaba de sancionar la Reforma Parcial de la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso de los Bienes y Servicios, conocida comúnmente como Indepabis. Aduce en la exposición de motivos que esta ley amplía la acción del Estado sobre todo tipo de bienes y servicios relacionados con las actividades de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización, dándole competencia para dictar las medidas necesarias – excepcionales - a fin de evitar el alza indebida de precios, el acaparamiento y el boicot de productos declarados de primera necesidad.
En realidad el propósito de esta reforma es incorporar un nuevo artículo, el 6, según el cual el Ejecutivo Nacional puede iniciar procedimiento expropiatorio de estos bienes, sin que medie para ello declaratoria previa de utilidad pública e interés social por parte de la Asamblea Nacional. En todo caso, el Ejecutivo Nacional puede ocupar estos bienes, darles operatividad temporal e incautarlos, mientras dure el procedimiento expropiatorio, lo cual se materializa mediante la posesión inmediata, administración y aprovechamiento tanto del local e instalaciones, como de los bienes, transporte y distribución.
La expropiación es la privación de la propiedad cuando media una declaratoria de utilidad pública o interés preferente, y a cambio de una indemnización justa. En los casos de expropiación, la doctrina y jurisprudencia dan cuenta que se exige 1.- declaratoria de utilidad pública del bien. 2.- declaratoria que su ejecución exige el traspaso de todo o parte del bien a expropiar. 3.- justiprecio de lo que se haya de ceder. 4.- pago del precio que representa la indemnización. Todo esto configura un sistema de garantías, para hacer compatible la expropiación con la garantía básica de la propiedad. Así lo dispone el artículo 115 de la Carta Magna, cuando precisa que sólo por causa de utilidad pública e interés social, puede ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes. Así también lo exigen los artículos 7, numeral 1, y 13 de la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública y Social, salvo muy contadas excepciones. Esta declaratoria previa de utilidad pública, repito, es una garantía al propietario de que no sea atropellado en su derecho individual. Desconocer en la reforma de la Ley del Indepabis esta garantía al ciudadano de obtener una previa declaratoria de la causa legitimadora en el procedimiento expropiatorio, y el incremento de la potestad del Estado en el desapoderamiento del objeto expropiado, de manera tan discrecional, es una muestra más de cómo el Estado venezolano actúa en franca rebeldía constitucional y legal. Precisamente, fue en la Revolución Francesa cuando se consagró el delito de expropiación ilegal, al afirmarse que, como reacción contra la arbitrariedad característica del régimen que derrocó, se apresuraba a incorporar en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, como uno de los cuatro grandes derechos naturales e imprescriptibles del ciudadano, el de la propiedad, considerado como derecho inviolable y sagrado, del que nadie puede ser privado sino por causas legalmente acreditadas, de evidente utilidad pública. Tal vez expropien arbitrariamente todos los bienes. Tal vez expropien arbitrariamente lo corpóreo, lo tangible, lo que al régimen le de dividendos ante el público de su potestad de dominador y dueño absoluto. Más no podrán expropiar el alma y la esencia, porque al decir del propio Ernesto Che Guevara, “la revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella.”











EL DERECHO DE ULPIANO

*Isaac Villamizar
Ulpiano fue un jurista romano, prefecto del pretorio del emperador Alejandro Severo, que se dedicó a lograr la más completa y minuciosa recopilación del derecho vigente en su época. Cuando estudiamos Derecho Romano en la universidad, aprendimos que de sus obras se conservan algunos pasajes en el Digesto, obra jurídica publicada en el año 533 dC por el Emperador Bizantino Justiniano I, que contiene una recopilación de la jurisprudencia romana que servía en forma de citas a los juristas de la época. Efectivamente, fue incluido junto a Gayo, Paulo, Modestino y Papiniano, en la ley de citas de 426, que regulaba la referencia de las obras de los juristas ante los tribunales, es decir, qué juristas podían ser invocados y los criterios para la decisión del juez ante opiniones diversas de éstos. La actividad expositiva del Derecho de Ulpiano le valió el mayor premio para un jurista romano: ser el más utilizado en la compilación de Justiniano, convirtiéndolo en uno de los principales informantes del Derecho Romano.
Es célebre conseguirse en los estudios jurídicos de la universidad con los tres preceptos o principios del Derecho, expuestos por Ulpiano: 1.- Vivir honestamente. 2.- No dañar a otro. 3.- Dar a cada uno lo suyo. Al interpretar estas reglas se concluye que las leyes sirven para garantizar y guardar las buenas costumbres; que las leyes piden que se viva honestamente, con dignidad; que las leyes prohíben perjudicar a otro en su persona o en sus bienes, lo que equivale a no dañarlo; y que las leyes prescriben dar a cada quien lo que le corresponde.
El Presidente de la República, durante el Acto de Grado de la Primera Promoción de Abogados de la Universidad Bolivariana de Venezuela, señaló que existen dos Derechos: El Derecho Burgués y el Derecho Socialista. Además, les ofreció a los graduandos conformar los Consejos de Justicia Socialista, becándolos para que tomen el postgrado que les ofrece la Escuela de la Magistratura y el Ministerio Público, y así puedan optar al cargo de Magistrados. Es evidente que al Presidente se le olvidó un tercer Derecho: el Derecho de Ulpiano y sus tres preceptos. Porque en esta Revolución Socialista su Derecho ha servido para establecer la mayor corrupción en el sistema de justicia venezolano. El Derecho Socialista ha sido cómplice de la impunidad más grande en las atrocidades que ha cometido la función pública en once años. El Derecho Socialista y su foro judicial han servido para tomar el instrumento de la justicia a fin de perseguir políticamente a la disidencia y para ser connivente en la violación reiterada de los derechos humanos y derechos procesales de quienes estorban a la pseudo revolución. El Derecho Socialista ha sido el medio más notorio para el abuso, para la confiscación, para la arbitrariedad y para asegurarle a una élite de boliburgueses las prebendas más groseras provenientes del dinero público de todos los venezolanos.El Derecho de Ulpiano está muy lejos del Derecho Socialista. Ese fue el que nos enseñaron ilustres catedráticos y juristas en la universidad y el que ejercemos desde hace 24 años. A los Abogados de la Primera Promoción de la UBV se los voy a decir en latín: “Iuris praecepta summa haec: honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere.” *Abogado

ESTADO SIN DERECHO

Isaac Villamizar
El 23 de Junio se ha celebrado el Día Nacional del Abogado. El ejercicio de la abogacía impone dedicación al estudio de las disciplinas que impliquen la defensa del derecho, de la libertad y la justicia. Así lo prescribe La Ley que regula nuestra actividad, en su artículo 2. El abogado tendrá como norte de sus actos asegurar el ministerio del Derecho. Es deber esencial del abogado defender los derechos de la sociedad, cooperando en la conservación y perfeccionamiento del orden jurídico. El abogado puede publicar comentarios con fines científicos en diarios. Así también lo dictaminan los artículos 2, 4 y 9 del Código de Etica Profesional del Abogado venezolano.
Reflexionemos, entonces, en esta celebración, sobre la ausencia de Derecho en el Estado venezolano. La Carta Democrática Interamericana, adoptada por la OEA en el 2001, definió como componentes fundamentales del ejercicio de la democracia, la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, y el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa. Asimismo, son fundamentales para la democracia la subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al estado de derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad. De todos esos componentes la separación e independencia de los Poderes Públicos, es uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho. En América Latina, en los períodos democráticos de nuestros países, siempre ha habido instituciones que buscan asegurar el respeto a los derechos humanos, la sujeción del poder al derecho, elecciones más o menos regulares y libres, y un régimen plural de partidos.
Sin embargo, nuestras democracias no terminan de madurar y el Estado de Derecho no culmina por apoderarse de nuestras instituciones políticas. Nos ha faltado el más clásico de los elementos integrantes de la democracia, la separación e independencia de los poderes, lo que permite un efectivo control hacia el poder, y la posibilidad real de participación política del ciudadano, un gobierno diáfano y la vigencia inmune del imperio de la ley. Sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber elecciones completamente libres y verdadera representatividad; sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber pluralismo político; sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber participación democrática; sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede asegurarse una seria honestidad en el ejercicio del gobierno, con exigencia de rendición de cuentas por parte de los gobernantes; sólo controlando al Poder en Venezuela es que se puede garantizar un gobierno sometido a la Constitución y a las leyes; sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber un legítimo acceso a la justicia, y un poder judicial con autonomía e independencia; sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber un fiel respeto a los derechos humanos. Sólo controlando al Poder en Venezuela es que puede haber genuino Estado de Derecho.La democracia es mucho más que las solas votaciones. El Gobierno - así tenga origen electoral y crea tener apoyo popular - con concentración y centralización, sin control efectivo, es un gobierno autoritario y conduce, más temprano que tarde, a la tiranía.