domingo, 30 de mayo de 2010

Soy amigo de Imperios

Isaac Villamizar
La dominación de todo el planeta por una sola autoridad única y universal ha sido cuestión de ficción. Sólo en las películas podría darse. Pero más de un caudillo ha acariciado la idea tentadora de ser el amo y señor. En su afán expansionista, ¿cuál pudo ser el límite en las mentes de Alejandro Magno, Julio César, Felipe II y Napoleón?
La dominación puede ser religiosa, en la tarea de convertir a tanta gente como sea posible en una religión. También puede ser política, cuando una ideología ve en su credo el ideal de una organización social, lo que dio en llamarse, después de la Guerra Fría, como Nuevo Orden Mundial. Incluso Sociedades y Hermandades secretas y sombrías – según textos apócrifos – están dedicadas a tomar el control del mundo. En verdad, Imperio tradicionalmente se ha referido al poder de un Estado que ha dominado los territorios de varias naciones y a cuyo frente ha estado un Emperador. Se ha caracterizado por uniones de territorio bajo un mismo ordenamiento militar o administrativo, organizados por personas de una misma etnia o civilización, agrupados en torno a un líder, elegido o hereditario. El primer gran Imperio conocido del mundo fue el persa. En los años 520 aC, gracias a las conquistas de Ciro II y su hijo Cambises II, fue la primera superpotencia única, y para 500 aC, con Darío, alcanzó su máximo esplendor. Su dominio se extendió por el sur de Rusia y Ucrania, el norte de Mesopotamia y Siria y el actual territorio de Irán. El último Estado que llevó oficialmente el término fue el Imperio japonés, que eliminó esta denominación tras el drástico cambio de su política exterior, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Imperios han habido en todos los continentes. El Imperio Inca llegó hasta Bolivia y el noroeste de Argentina. El Imperio de Brasil fue un estado existente entre 1822 y 1889, que precedió a la proclamación de la República y la constitución de los Estados Unidos de Brasil. En Asia el Imperio chino se extendió desde la dinastía Qin, año 221 aC, hasta la caída de la dinastía Qing, en 1911. El Imperio ruso se extendió por 200 años, desde 1721 hasta 1917, y abarcó grandes zonas de los continentes europeo, asiático y norteamericano. La Rusia Imperial conquistó territorios comprendidos entre el mar Báltico y el Océano Pacífico, con las dominaciones iniciadas por Pedro I, hasta el reinado de Nicolás II, el último Zar.
El Imperio Británico - del cual me declaro subyugado, con el mayor orgullo - comprendió los dominios, colonias, protectorados, y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido, entre los siglos XVI y XX. A comienzos del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población cerca de 528 millones de personas y unos 33.670.000 Km2, lo que significaba una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Los rasgos de mi personalidad y una parte esencial de mi formación se la debo a mi educación londinense. ¡Viva el Imperio!No hay duda. El gobierno venezolano es amigo de Imperios o por lo menos de países que han sido parte de ellos. Tal vez por ello también se ha dejado encantar por lo que significa la expansión continental del poder y del dominio, para atreverse a llevar el socialismo del siglo XXI y la espada de Bolívar por la América Latina. Es el Imperio venezolano, rico en petróleo y, realmente, pobre en su esfera de influencia.

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