Isaac Villamizar
Abogo por el respeto, no por el miedo. Abogo por la confianza, no por la desesperanza. Abogo por la tranquilidad, no por la agitación. Abogo por la moderación, no por el exceso. Abogo por la honestidad, no por la trampa.
Abogo por la lealtad, no por la traición. Abogo por la idoneidad, no por la incompetencia. Abogo por la independencia, no por la sumisión. Abogo por la riqueza, no por la pobreza. Abogo por el prestigio, no por el descrédito. Abogo por el afecto, no por la antipatía.
Abogo por la transformación, no por el estancamiento. Abogo por la creación, no por la aniquilación. Abogo por la adjudicación, no por la expropiación. Abogo por lo fértil, no por lo árido. Abogo por la certeza, no por la duda. Abogo por el orden, no por la revolución.
Abogo por el estudio, no por la ignorancia. Abogo por la inteligencia, no por la torpeza. Abogo por la pluralidad, no por la uniformidad. Abogo por la sociedad, no por el desencuentro. Abogo por la perspectiva, no por lo caduco. Abogo por la cortesía, no por el ultraje. Abogo por la dignidad, no por la ignominia. Abogo por la responsabilidad, no por la impunidad. Abogo por la puntualidad, no por el descuido. Abogo por la alegría, no por el disgusto. Abogo por el arrojo, no por la pusilanimidad. Abogo por el servicio, no por la desatención. Abogo por la productividad, no por la pérdida.
Abogo por la mujer, no por la esclava. Abogo por el trabajo, no por la dádiva. Abogo por el apoyo, no por la zancadilla. Abogo por la asertividad, no por la negación. Abogo por la gente, no por la turba. Abogo por la moraleja, no por la burla. Abogo por la sencillez, no por la nimiedad. Abogo por la concordia, no por la discordia. Abogo por la lógica, no por lo absurdo. Abogo por la abundancia, no por la escasez. Abogo por la luz, no por las tinieblas. Abogo por la patria, no por el desierto. Abogo por el país, no por el extraño. Abogo por lo propio, no por lo foráneo.
Abogo por el respeto, no por el miedo. Abogo por la confianza, no por la desesperanza. Abogo por la tranquilidad, no por la agitación. Abogo por la moderación, no por el exceso. Abogo por la honestidad, no por la trampa.
Abogo por la lealtad, no por la traición. Abogo por la idoneidad, no por la incompetencia. Abogo por la independencia, no por la sumisión. Abogo por la riqueza, no por la pobreza. Abogo por el prestigio, no por el descrédito. Abogo por el afecto, no por la antipatía.
Abogo por la transformación, no por el estancamiento. Abogo por la creación, no por la aniquilación. Abogo por la adjudicación, no por la expropiación. Abogo por lo fértil, no por lo árido. Abogo por la certeza, no por la duda. Abogo por el orden, no por la revolución.
Abogo por el estudio, no por la ignorancia. Abogo por la inteligencia, no por la torpeza. Abogo por la pluralidad, no por la uniformidad. Abogo por la sociedad, no por el desencuentro. Abogo por la perspectiva, no por lo caduco. Abogo por la cortesía, no por el ultraje. Abogo por la dignidad, no por la ignominia. Abogo por la responsabilidad, no por la impunidad. Abogo por la puntualidad, no por el descuido. Abogo por la alegría, no por el disgusto. Abogo por el arrojo, no por la pusilanimidad. Abogo por el servicio, no por la desatención. Abogo por la productividad, no por la pérdida.
Abogo por la mujer, no por la esclava. Abogo por el trabajo, no por la dádiva. Abogo por el apoyo, no por la zancadilla. Abogo por la asertividad, no por la negación. Abogo por la gente, no por la turba. Abogo por la moraleja, no por la burla. Abogo por la sencillez, no por la nimiedad. Abogo por la concordia, no por la discordia. Abogo por la lógica, no por lo absurdo. Abogo por la abundancia, no por la escasez. Abogo por la luz, no por las tinieblas. Abogo por la patria, no por el desierto. Abogo por el país, no por el extraño. Abogo por lo propio, no por lo foráneo.
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