domingo, 5 de febrero de 2012

Entelequia de democracia



Isaac Villamizar
La Unidad de Inteligencia de la publicación semanal británica The Economist, de audiencia lectora mundial, acaba de publicar el Indice de Democracia 2011. Es informe de referencia obligada para determinar el rango de democracia en 167 países, de los cuales 166 son estados soberanos y 165 son estados miembros de la ONU. El estudio basa sus resultados en 60 indicadores que se agrupan en cinco diferentes categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento de gobierno, participación política y cultura política. Un índice de democracia resultante decide la ubicación de cada país en una tabla, que los califica como democracias plenas, entre 8 y 10 puntos, democracias defectuosas, entre 6 y 7.9 puntos, regímenes híbridos, entre 4 y 5.9 puntos, y regímenes autoritarios, menos de 4 puntos.
En el Ranking 2011 encabeza la lista Noruega con índice de 9.80 puntos, y le siguen Islandia con 9.65, Dinamarca con 9.52, Suecia con 9.55, y Nueva Zelanda con 9.26, En los tres últimos lugares se encuentran Turkmenistán con 1.72, Chad con 1.52 y Corea del Norte con 1.06. Venezuela se ubica en el lugar 97 de la tabla, como régimen híbrido, con 5.08 puntos, superada por países como Ucrania, Guatemala, Bangladesh, Bolivia, Honduras, Albania, Ecuador, Tanzania, Nicaragua, Senegal, Bosnia y Uganda.
La democracia es una organización política y social. Es un conjunto de instituciones, derechos y deberes. Es la libertad en su escenario natural. Es el respeto hacia las garantías ciudadanas. Es la influencia de altos valores en la formación y desempeño del individuo y en el relevo de los gobiernos. En la democracia hay controles institucionales y legales. Asimismo, hay controles ciudadanos. Uno de los controles más consolidados es el de la opinión pública, donde la sana crítica no permita olvidar el carácter esencialmente responsable de la gestión pública.
La sociedad va democratizándose y para ello no basta tener una Constitución y leyes formales.
La tragedia de las democracias modernas es que no se han realizado. Una verdadera democracia
posee por sí misma medios de acción muy poderosos para corregir sus defectos o perfeccionarse, tales como la educación y la prensa. Una democracia real capacita al ciudadano como consecuencia de avances educativos, desarrolla los medios de comunicación y presenta variadas formas de elección y destitución de los representantes del Poder Público. Las democracias auténticas de hoy suponen compartir una carta de valores con derechos y libertades políticas, económicas y sociales; con deberes mutuos entre ONGs y Estado; con igualdad, justicia y comportamiento cívico; con libertad de pensamiento y tolerancia; con adhesión a una historia no distorsionada; con la vocación de cada persona hacia el bien común.La democracia en Venezuela ha sido pisoteada, desdibujada, mancillada. Nuestra democracia dejó de ser protagónica, más aún participativa. Cuando nos ufanábamos de ser una referencia latinoamericana y mundial de primer orden de país democrático, hemos pasado a ser un régimen híbrido. Somos ahora una entelequia de democracia.

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